martes, 28 de abril de 2009

Botella siempre llena


El mal humor es como un virus, nos ataca cuando no tenemos defensas. Y a partir de aquí todo en esta vida nos sale mal, todo está perdido. Protejámonos contra inoportunos microorganismos por favor.
La principal arma de destrucción masiva para este tipo de virus es la confianza en uno mismo. Si uno tiene alta la autoestima ya tiene la vacuna definitiva (no será necesario que siga leyendo)...o sino que me corrija algún médico por ahi...

Una persona con confianza en sí misma será lo que se proponga ser en esta vida, ¿no creeis?. No nos avergoncemos por pensar que somos capaces de...que podemos con...que sabemos de..., señores y señoras, ¡Alimentemos la confianza en nosotros!

¿Y cómo lo hacemos?

Simplemente haciendo lo que más nos gusta. Si me gusta leer lo haré hasta saturarme,si me gusta correr lo haré hasta quedar sin aliento,si me gusta escribir lo haré hasta cansarme y si me gustar estar contigo no dejaré ni un momento libre para poder compartirlo contigo. Y por supuesto, sacaremos provecho de todo. Aprendamos de las cosas buenas que nos rodean. Aprendamos de nuestro trabajo, de la gente, de la ciudad, de los viajes, de la vida. Intentemos superar esas pequeñas metas que nos proponemos habitualmente y tengamos claro que somos capaces de sobrepasarlas. Ingredientes tales como la pasión, el ímpetu y el afán de superación actúan como las vitaminas para el organismo. Intentemos diferenciarnos del resto. No solo nos sentiremos bien con nosotros mísmos sino que agradaremos a las personas que nos rodean.


Me acuerdo que en mi colegio tuve un profesor que se diferenciaba de todos los demás, porque no era un profesor cualquiera, era un hombre que amaba de tal manera su trabajo que contagiaba al resto su pasión por la historia. Sus clases eran pequeñas obras maestras y yo me decía a mí mismo: “Un hombre seguro de sí mismo. De mayor quiero ser como él”.


A otro que también recuerdo casi a diario es a mi profesor de Sistema Politico Español en primero de carrera. Capaz de convertir la asignatura más fea y aburrida de la carrera en la más divertida y útil. En sus clases (o pequeñas obras de arte como yo las llamaba) nos hacia ver el sentido práctico de su materia, llevandolo al sentido más rutinario de nuestra vida.


El orgullo de un profesor no es únicamente que el alumno recuerde su nombre. El orgullo para un profesor es que años después, ese mismo alumno, recuerde también sus clases...Gracias.


Podemos decir que la confianza en uno mismo es como un perfume, huele a metros de distancia,


Aunque haya cosas,momentos,malas noticias nos hagan sentir mal,desaforttunados , con la mala suerte tenemos que ser positivos ante la vida. Indaguemos en el corazón de las personas que nos quieren y disfrutemos de su compañía, !!uf¡¡cuando he aprendido de tu compañia...

Aprendamos a valorar la belleza de lo simple,de lo cotidiano,sin necesidad de grandes cosas,grandes momentos ... Deleitémonos de las pequeñas cosas que son las que nos proporcionan esos momentos inolvidables.

Existe belleza en todos los rincones de la vida solo que a veces no estamos capacitados para encontrarla. Como dice Benjamin Franklin, “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.

No seamos gente negativa y pesimista y en cuando nos ataque el virus del mal humor...pensemos en la gran suerte que tenemos por estar aquí, y sobretodo la gran suerte de poder conocer personas magnificas que nos rodean todos los días,hagamos sólo una cosa cuando la vida nos dé grandes golpes, sonriamos a los grandes momentos que nos dará....

Aunque si os digo la verdad...yo tengo un truco para todo esto,llamemosle un pequeño o gran tratamiento, es el que me das todos los diás... y ese sólo lo conoces tú.


Mxs

1 comentario:

Miki dijo...

No tiene mérito ninguno!!. Tu lo haces fácil!!!!. Gracias a ti!